Entrevista a Bernardo Roselli

Por Daniel Perchman

“Las piezas te hablan, sólo hay que saberlas escuchar”


La primera vez que lo vi fue en la final del Campeonato Uruguayo de 1986 que se organizaba en el diario El Día. Sigue teniendo el aire de intelectual, flaco y desgarbado que tenía entonces.
Lo acompañan ahora, algunas canas más, e incontables títulos de Campeón Uruguayo. No hay duda que lo apasiona jugar, pero se ha vinculado al ajedrez desde todas las aristas posibles. Ha sido dirigente, árbitro, profesor, organizador y con seguridad se me escapa alguna actividad.
En más de una ocasión he discrepado con su visión y se lo he dicho. Pero, respeto a la gente que hace, que pone ganas y pasión, en el acierto o en el error; y creo que Bernardo pone pasión como pocos.
Cuesta encontrarle un punto débil a su juego, y quizás en algún lugar de mi inconsciente, el propósito de esta entrevista fue preguntarle ese punto flaco. La idea de esta entrevista es conocer sus gustos dentro y fuera del ajedrez, conocer un poco al Bernardo, que hay detrás de Roselli. La idea es escucharlo mientras me describe la posición que jugó hace cuarenta años, en su primera partida, como si la hubiera jugado ayer. Y, si se puede, sonsacarle el secreto que nos permita ganarle de tanto en tanto.

¿Quién te inició en la pasión por el ajedrez y que recuerdos tenes del momento en que descubriste el juego?
El ajedrez en mi casa formaba parte de la tradición. Mi padre fue campeón de Carmelo desde 1964 a 1978, hasta que se terminó el ajedrez en Carmelo. Tenía una muy importante biblioteca, finales de Reti, libros de Fine, de Keres y la colección de revistas Sopena Argentina que eran muy buenas del 65 al 70.
Por otro lado, yo soy el séptimo de una seguidilla de nueve hermanos, pero mis hermanos me dejaban de lado y entonces, mi mamá me enseño a poner las piezas en el tablero y sus nombres. Ahí arrancó la aventura con cuatro o cinco años. En el año 72 se despertó el fuego con el match de Fischer y Spassky, yo no entendía nada pero movíamos las piezas para cualquier lado. Ser el menor de ese grupo me ayudó mucho y me permitió ir absorbiendo los conocimientos. El desencadenante fue el 27 de agosto de 1974 que caí con hepatitis. Yo tenía un juego muy chico, pero para mi cumpleaños en setiembre me trajeron un juego de ajedrez marca Líder, y yo me pasaba jugando horas solo, hasta que Diego, mi hermano, llegaba y me ganaba doce o trece a cero.

¿Con quién fue tu primera partida, decime alguna particularidad que te acuerdes de la misma?
En el año 1975 se reactivó en el ajedrez en Carmelo y hubo un match con Las Piedras, mi viejo jugó con Dienavorián, Introini jugó con Bonora, estuvo Silva Nazzari, nos dieron una paliza bárbara. A mí no me dejaron jugar, me protegieron. Mi primera partida fue el 8 de mayo de 1976, contra Gabriel Liuch, una variante del dragón.
Recuerdo que tenía una posición dominante que tenía peón de más no vi una torre en h4, y entonces colgué pieza y la partida. O sea que la primera partida que jugué, la perdí. Era un torneo por equipos y yo ocupaba el cuarto tablero. Debuté con derrota.
Lo que debo agregar es que hice mucho ajedrez confinado pues después de la hepatitis tenía que cuidarme. Para los tiempos que corren es una buena receta.



¿Cuál fue el primer jugador que te impresionó a través de un partida o viéndolo en un análisis?
Cuando estuvo Dienavorián en Carmelo yo era muy chico y mi hermano Diego me comentaba algunas cosas. La primera persona que recuerdo yo escucharlo personalmente y que entendía algo de ajedrez, fue Cristóbal Domínguez. Un cordobés que vivió en Mar del Plata y le ganó al americano Byrne en su momento. Después escuché analizar a Daniel Rivera analizar una partida y me impresionó la claridad de conceptos.



¿Decime las dos partidas tuyas que más te gusten, sea por la belleza, por la fortaleza del rival o por una combinación de ambas?
Recuerdo una que le gane a Martin Crosa en el Campeonato Uruguayo del 2001, que salió una combinación muy linda y larga en un Gambito de Dama. También recuerdo en el 2010 la última ronda de la Olimpiada, contra un tal Sukhuraliev, una combinación muy buena que recuerdo con mucho cariño y creo que son partidas bastante completas, en una India de Rey, yo llevando las piezas negras.

¿Cómo te definirías como jugador? Mencioname un punto fuerte y uno débil (prometo intentar usarlo en tu contra)
Soy un jugador posicional con buena capacidad de cálculo. Tengo tendencia a las posiciones dinámicas, que tengan cierta táctica. Pero fundamentalmente un jugador que busca la iniciativa.
Como punto fuerte es el constante afán de superación. Punto flaco, que se está acrecentando es el tema físico, que se va acrecentando, ya son 55 años. La concentración baja.

Si tuvieras que elegir un jugador en la historia del ajedrez, quien dirías.

Elegiría a Fischer, porque cambio la historia del ajedrez, hizo un quiebre. Si bien era un ser despreciable, mala persona, o tal vez se enfermó demasiado. Desde ese punto de vista prefiero al caballero Spassky. Pero desde el punto de vista del ajedrez, el hizo que las condiciones de los ajedrecistas cambiaran, prestigió los torneos, es un punto de inflexión el de Fischer como ningún otro para el cambio del ajedrez en el mundo.Decime una partida táctica y una partida posicional que recomendarías a un principiante, para aprender ajedrez.
Una partida táctica, la de Mijaíl Tal contra Oscar Panno en Portoroz del 1958, creo que fue una apertura Española, está muy bien analizada por Kasparov en el libro Mis geniales predecesores. No es una táctica de ataque al Rey. Hay que verla, y hay que verla con mucha calma.
Desde el punto de vista posicional podría ser la de Boris Spassky y Petrosian en el match de 1966. Fue un Ataque Torre, sino me equivoco fue en la séptima partida. Spassky comete el error de enrocarse corto rápidamente y saltó con un caballo a e5, Petro se enroca largo. Desde el punto de vista posicional está muy bien esa partida.

¿Quién ha sido el mejor jugador de ajedrez uruguayo en la historia? Por supuesto estás incluido en los nominados.
Sin dudas el jugador de mejores resultados en los últimos veinte años es Andrés Rodríguez, es innegable. Como jugador yo siempre he preferido siempre a Daniel Izquierdo, no por sus conocimientos, sino por esa famosa intuición. El siempre se daba cuenta antes de lo que pensaba y cómo jugaba el rival. Es un gran lector de los gestos del rival, inclusive en el análisis previo. Como preparador o entrenador de partidas, Daniel Rivera es un top, de los mejores analistas que he visto. Me encantaba la disciplina de Enrique Almada, su rigurosidad. Estoy convencido que soy el más completo de todos, pues he aprendido mucho de todos, de cada uno de los que fui nombrando.

¿Si tuvieras que elegir un jugador uruguayo ideal? Decime quien jugaría la apertura, quien jugaría una posición estratégica, quien jugaría una posición táctica, quien lo haría en un final, a quien erigirías desde la fortaleza anímica.
La apertura la jugaría sin dudas Daniel Rivera, una posición táctica claramente Andrés Rodríguez, algo posicional se lo daría para jugar al Enrique Almada que yo conocí hace treinta años, con una técnica impecable; y los finales los jugaría yo. Pero todo eso, todos los atributos se lo daríamos a Daniel Izquierdo que es el más vivo de todos para
tomar las decisiones en el tablero. Es el mejor lector de todos nosotros.

¿Cuál es el jugador uruguayo con más futuro?
El joven con más presente y futuro de todos es Facundo Vázquez Furtado. Lo digo con conocimiento de causa, lo conozco desde que tiene siete años. Eso no quiere decir que todo eso se concrete porque le falta mucho por aprender y estudiar, está en él. Estas mismas palabras que digo de Facundo, las dijo Bauzá de mí en el año 1981. Se trata de tener condiciones y también de lo que quiere cada uno. El podría ser el próximo campeón uruguayo, de los que no hayan salido aún.

¿Cuál es el jugador uruguayo más talentoso a quien hayas enfrentado o hayas dado clase?
Jugador talentoso que le di clase fue Nacho Echevers, tenía una enorme comprensión y una facilidad muy grande. Era un talento nato. Sin dudas uno de los talentos más grandes que he visto, pero yo no le di clase fue Daniel “chiquito” Perchman, y otro talento muy grande es el de Antoine Elters. A ellos dos se les notaba la fuerza, la facilidad y la comprensión.
Infelizmente por uno u otro motivo ninguno dedicó su tiempo al ajedrez.

Decime dos amigos que te haya dejado el ajedrez.
Tenemos en este ambiente, muchas personas con las que tiene buen trato, con los que ha compartido mucho. Amigos son de confesión, de contarse y guardarse secretos.
Me considero muy amigo de Daniel Izquierdo, tiene una de las virtudes que más aprecio en la vida, la lealtad. El a veces llega tarde a las rondas, no se viste de manera muy elegante, pero tiene ese atributo. Es una persona a la que elegiría para estar en un combate o en la guerra.

Contame una anécdota en tantos años de ajedrez que siempre recuerdes.
Anécdotas pueden ser muchas. Pero voy a elegir el día que jugaba contra Víctor Korchnoi. Yo me puse de pie, lo saludé e intercambiamos unas palabras en español.
Estuvimos jugando más de cinco horas y me propone tablas. Por supuesto acepté. Me contó que esa posición la había ganado alguna vez pero no recordaba cómo. Se acercan varios jugadores entre ellos Yusupov y algunos admiradores para que le firme un autógrafo. Entonces una muchacha le da una foto de un libro para que le firme y él me mira y dice “Is Karpov”, como diciendo no sabe que yo no banco a Karpov. Cerró el libro y se lo devolvió, sin firmar, claro.

¿Cuál ha sido tu Olimpiada preferida y por qué?
Fue sin dudas la XIV en Emiratos Árabes, en Dubái en 1986. Llegamos a un país fantástico que estaba en pleno crecimiento. Un hotel impresionante, con pista de patinaje y distintos restaurantes, sus piscinas y canchas de tenis. Habitaciones que parecían apartamentos. Además éramos un grupo de muchachos muy jóvenes. Hay muchas anécdotas divertidas y otras de las que no se pueden contar.

¿Cuál ha sido el mejor equipo olímpico que hayas compartido?

Llevo trece Olimpiadas me parece y cada una tuvo lo suyo. El mejor equipo creo que fue el de 1994. Con Andrés Rodríguez en crecimiento, Daniel Rivera, “Chiquito” Perchman, Daniel Izquierdo que infelizmente llegó muy agotado y Jorge Brasó. Creo que fue la Olimpiada donde logramos mejores resultados. En resultados objetivos los mejores resultados fueron en la Olimpiada del 2010, con Daniel Izquierdo que brilló en el cuarto. Tengo un gratísimo recuerdo de la de 1990, en Novi Sad, Yugoslavia, con un gran grupo humano. Estábamos con Almada, Lamas, Elters, Perchman y Bauzá. Ahí hice mi primera norma de Maestro Internacional y Enrique Almada logró la medalla de plata.



Una película en la historia del cine.
Elijo Casablanca. A parte para los tiempos que corren, elijo una película que se filmó durante la guerra y se pone por encima de los afectos personales y lo que uno quiere o desea, se antepone el enemigo por delante. La escena final con Bogart e Ingrid Bergman, donde se describe la situación del mundo. Vendría bien que todos la veamos ahora, para anteponer al deseo de salir a tomar aire o visitar a la familia, la necesidad de vencer a un enemigo común.

Un libro que te haya marcado.
Fue muy importante para mí El viejo y el mar de Ernest Hemingway. Esa lucha por demostrarse a si mismo que todavía se puede. Me ha servido mucho y me ha acompañado mucho en momentos difíciles, que todos tenemos.

Un cuadro de la pintura universal.
Recuerdo una serie de televisión que daban los domingos a la noche sobre los grandes genios. Ahí vi una biografía de Leonardo Da Vinci y siempre me impresionó La Gioconda. Llegué a verla en el Louvre y no entendí mucho porque no entiendo nada de arte. Es mi cuadro clásico por excelencia.

Un día ideal en la vida de Bernardo Roselli, sin cuarentena de por medio claro.
Un día normal e ideal es levantarme y preparar el desayuno para Sabrina y Federico. Es mi primera tarea asignada. Luego de conversaciones breves con Sabrina sobre lo que pasa, reviso correos propios y de la federación. Reviso noticias de ajedrez en el mundo y si aparece alguna idea, que pueda servirme para preparar alguna clase me dedico a estudiarla y analizarla. Después depende de lo que marque la agenda, el desarrollo de alguna actividad o la planificación de algún evento. Todo muy vinculado al ajedrez. En algún momento de la tarde salgo a dar clase en los colegios o liceos. Pendiente siempre de notificaciones de internet. Almuerzo y ceno normalmente en casa, no miro informativos, no miramos televisión, la información llega siempre por internet y para entretenerme miro alguna película por internet. Había tomado el hábito desde febrero de hacer una hora de ejercicio diario y se vio interrumpida esa rutina por la cuarentena

¿Cómo definirías el ajedrez?
El ajedrez es una manera de ver el mundo. Es un juego donde cada uno elige su propia aventura. Siempre tiene un misterio por resolver y eso es lo que lo hace atractivo.
Implica un desafío intelectual lo cual nos eleva por encima del resto de los animales. Es un momento donde uno crea, imagina, elabora conocimientos, plantea problemas al adversario y él a nosotros. El arte de todo esto es saber discernir exactamente cuál es el problema para darle la solución correcta. La pasión, creo, está detrás de la expectativa y del misterio que genera el juego. En ajedrez hay diecisiete elementos que compartimos una misma aventura y un solo jefe que tiene una idea y ejecuta ese plan, donde va a hablando con cada pieza y le va preguntando dónde quiere estar, donde sentiría mejor. Yo pensaba que las piezas no se quejaban, pero es mentira, las piezas nos hablan, solo hay que saberlas escuchar.

One thought on “Entrevista a Bernardo Roselli

  1. SOS un fenómeno Bernardo, yo te conocí en los trebejos en calle todo, acababa de venir de Rivera, fui compañero de 4to. año de escuela de Antoine El Ters Ibrahim, somos viejos amigos y viajamos a tramandi, destrozamos a los brasileros, era Plinio Berruttyi, Antoine y yo, en el año 1986, faltaba uno para jugar con la Nona Gaprindashvili en una simultánea de 30 tableros, acordamos tablas a la jugada 37, soy Óscar Curbelo.

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